«Sin duda la mayor aportación de la facultad fue el excelente nivel de lengua española con el que salí. El dominio de la lengua materna es fundamental para traducir o interpretar y tuve la gran suerte de estudiar en una facultad en la que la lengua española ocupaba un lugar muy destacado a lo largo de toda la carrera. El magnífico Departamento de Lengua Española nos transmitió el amor por la lengua y la necesidad de conocerla bien para expresarnos con corrección y no cometer errores, algo que me ha resultado extremadamente útil en mi trabajo diario como traductora.»

Administradora lingüista en el Consejo de la Unión Europea (Bruselas)

Licenciada en Traducción e Interpretación (Inglés-Alemán), 1992-1996